La semana pasada, después de unas charlas sobre uso responsable de tecnología y redes sociales, me entrevistaron para la radio de su colegio el alumnado de una clase de sexto de primaria. Una de las últimas preguntas fue qué consejo le daría a etas generaciones futuras. Yo, impulsado por el tema de mi charla, el pensamiento crítico, les animé a escuchar y leer sin miedo opiniones y argumentos contrarios a las convicciones propias porque es enriquecedor y nos hace, bien afianzarnos en nuestra visión del mundo, o bien rectificar y modificarla. Qué peligroso es el sesgo de confirmación, ¿verdad?
Hace pocos días @a_leibovitz publicaba en sus stories de Instagram el discurso que Will McAvoy se marca al inicio del primer capítulo de The Newsroom (pedazo de serie, por cierto) cuando responde por qué Estados Unidos es el mejor país del mundo (spoiler: no lo es). Me entraron unas ganas tremendas de volver a ver la serie ahoira que estamos a puertas de una maratón de votaciones elecciones. En el segundo capítulo MacKenzie suelta esta perla:
Nosotros no hacemos buena televisión; damos las noticias.
Cada vez cuesta más informarse de manera fidedigna. Telediarios que son todo espectáculo, diarios online que solo buscan clickbait… al final uno acaba pensando que la información más fiable es la que Ángel Martín nos ofrece cada mañana. Convengamos que, como postre, no está del todo mal.
Hace años que estoy suscrito a @kloshletter, una newsletter que cada mañana te envía por correo un resumen de las noticias más destacadas. Y no solo eso, sino que te mina los textos con enlaces a las noticias (de diferentes medios) para que puedas ampliar la información. ¿Que te da pereza leer de buena mañana? Pues a las 07:30 tienes lo mismo, pero en podcast.
Malos tiempos para el periodismo, ¿buenos para el/la periodista?
(La foto es un guiño a The Newsroom. ¿Lo has pillado?)