En “El caballero oscuro” de Nolan los personajes de Batman y El Joker son los que llevan el peso de la trama pero cada vez que la veo me gusta más el tercer “héroe” de la película y que es quien le da sentido: Harvey Dent, Dos Caras.
Solemos darle una connotación negativa al hecho de que alguien tenga dos (o más) caras cuando es algo que tenemos todos. Todos reaccionamos en algún momento de manera correcta cuando por dentro estamos montado en cólera. ¿No es eso también fingir, aparentar quien no eres en ese preciso momento? Creo que lo importante es mantener el equilibrio entre nuestro yo fake y el auténtico aunque en ocasiones nos cueste diferenciar quién es quién. ¿O será que somos las dos versiones?
Quien más quien menos mantiene secretos o cuestiones de su personalidad ocultas. Por miedo, por vergüenza, por falta de autoestima… y las redes sociales y, sobretodo, el anonimato, está sacando a flote algunas de esos impulsos enterrados bajo capas de “conveniencia social”. Opinamos sin miedo al prejuicio y con el aliciente de que, como hablamos al mundo, siempre encontraremos a alguien que esté de acuerdo con nuestras creencias, por muy absurdas que sean. Y esa libertad, nos guste o no, es peligrosa.
Decía Humberto Eco que «las redes sociales les dan el derecho de hablar a legiones de idiotas que primero hablaban sólo en el bar después de un vaso de vino, sin dañar a la comunidad. Ellos eran silenciados rápidamente y ahora tienen el mismo derecho a hablar que un premio Nobel”. Yo cambiaría eso del ‘derecho a hablar’ por ‘capacidad de ser escuchado’. Pero lo que sí es cierto es que, lo que antes solo se atrevía a decir nuestro “yo oculto” cuando bebíamos de más, ahora lo podemos soltar en Twitter en cualquier momento para que lo escuche todo el mundo, y sin ser reconocidos.
Y a la hora de la verdad, ¿quién somos? ¿El racional que calla o el vehemente que grita?
No es fingir, tal vez nos reprimamos en cierto entorno social. No nos mostramos a todo el mundo por igual.
Somos las dos versiones…y más. Somos ambos, dos caras de la misma moneda, incluso más poliédricos si cabe.
Duales y contradictorios, eso somos.
Cuerdos o Locos? Razón o Instinto? Acierto y Error…y la eterna lucha del Bien y el Mal.
Pero…qué parte te domina más? Esa es tu esencia.