He dedicado parte de la mañana a buscar entre mis discos duros una foto en concreto de la que estuvimos hablando con Oriol hace unos días. No la he encontrado todavía pero, como suele ocurrir en estas expediciones arqueológicas, a la vez que desenterraba carpetas surgían diferentes tesoros.
Esta imagen tiene cerca de 30 años. Me ha hecho gracia verla y ponerme a pensar qué hubiera sido de ese chaval si su vida hubiera circulado por los caminos que pensaba en aquel entonces. Sin duda ha sido un experimento divertido. Y por si te ha surgido la duda, te diré que no. No cambio los 47 años de ese hombre (casi 48 ya) por los míos.
Y no es por aquellos del más vale lo malo conocido, no. Es porque creo que no vale la pena comerse la cabeza por lo que supuestamente podría haber sido. ¿Que me hubiera podido ir muy bien en esa vida? Claro. ¿Que me hubiera podido ir mal? Por supuesto. Es absurdo evaluar decisiones del pasado con la experiencia y perspectiva del presente. Y estéril, hasta que no se disponga de una máquina del tiempo.
Aún y con esas, me quedo con mi actual versión 4.7. Es la que he disfrutado y de la que me siento orgulloso, tanto de lo conseguido como de la gente que me ha acompañado y está ahora cerca.