Hace unos meses decidí que quería empezar el año de manera ordenada. Es algo que, para mí, acostumbrado a vivir en un minicaos, va a requerir de cierto esfuerzo. Pero, oye, «impossible is nothing» que decía Adidas.
Una de las acciones que necesitaba llevar a cabo era ordenar mis seguidos en Twitter. Con el tiempo vas acumulando a mucha gente y, en ocasiones, el TimeLine se vuelve un gallinero. Para ello esta red social permite crear listas de usuarios, los sigas o no, y así poder clasificarlos por la característica que quieras. Estas listas podemos hacerlas públicas para compartirlas con todo el mundo, o privadas para uso y disfrute de uno mismo.
¿Por qué es una característica interesante?
Además de permitir que tengas la información las personas más o menos clasificada, Twitter también te permite saber las listas públicas que los usuarios han creado (sus intereses) y en qué listas han incluido a este usuario otras personas. Esta característica puede resultar muy útil ya que te permite ir tirando del hilo y encontrar perfiles interesantes que puede que hayamos pasado por alto, o que nunca hubiéramos descubierto investigando.
¿Y eso de #tendiendoacero y #refollowing?
Se me ocurrió que una buena manera de llevar el control de los perfiles que iba clasificando en listas era dejar de seguirlos (de ahí el #tendiendoacero). Hace tiempo era algo arriesgado porque ello impedía que otros usuarios te enviaran DMs (mensajes directos), pero desde hace ya varios meses es una característica que podemos habilitar a nuestro gusto.
Puse un mensaje en mi biografía de Twitter avisando de ello. Aún así, hubo personas que se sintieron molestas por el hecho que dejara de seguirlas. De otros recibí un unfollow automático y algunos comentaron públicamente que volverían a seguirme cuando volviera a hacerlo yo. Muy pocos casos en total, ciertamente.
Lo que sí me ha parecido muy interesante han sido las reacciones al #refollowing, al hecho de volver a seguir a todos los perfiles. Estas son algunas reflexiones:
- No entiendo que algunas empresas, sobretodo cuando se dedican a la comunicación, tengan perfiles restringidos (de los que necesitas aprobar al seguidor para que vea tus tuits). ¿No les interesa que sea visible para todo el mundo lo que publican? Se me escapa la razón, de verdad.
- Se siguen usando DMs automáticos para agradecer el follow. Y yo que creía que era una fase que ya estaba superada… Pues no. Y aunque haya casos en los que se personaliza el mensaje para dejar claro que se trata de un bot, lo cierto es que esas impersonalidades en una red social me sigue llamando la atención.
- Hay gente majérrima en Twitter. O, por lo menos, entre la gente a la que sigo. Porque ya sabemos que no hay un solo Twitter, ¿verdad? Que mi Twitter no es el tuyo.
Y si esto va de compartir, ¿por qué no he hecho públicas mis listas?
Pues porque prefiero revisarlas bien antes de que estén disponibles para todo el mundo, aunque ya avisó que algunas seguirán siendo privadas. Porque, como dice un proverbio japonés…
Para tener éxito en la vida hay que cumplir dos cosas:
1. No explicar nunca todo lo que sabes