¿Por qué ha dejado de existir @marctorrano?

A ver… tampoco se trata de que esto sea una especie de suicidio digital. Pero si me remonto al inicio de mi presencia en la red llego a la conclusión de que ese nombre nunca debió de existir. Y me explico.

Mis más antiguos seguidores en Twitter puede que recuerden que mi primer nick en Twitter fue gulgulan o gulgu. Mi primer dominio en Internet fue soymarc.com. Cuando empecé a ser consciente de la importancia de la huella digital y de que existiera una identidad propia y coherente ya era tarde; el usuario @SoyMarc en Twitter ya estaba (y sigue) ocupado. Así que opté por lo más sencillo en aquel momento: tirar de nombre y primer apellido.

¿Ya no es importante mi identidad digital?

Pues sí… y no. Quienes conocéis algo de mí sabéis que llevo muchos años tirando de una silla de ruedas (y mis kilos, que no son pocos). Quienes me conocéis un poco más sois conocedores de que los dolores en mis brazos han comenzado a interferir en mi rutina diaria hasta el punto de impedirme trabajar con normalidad.

Mi identidad laboral ha estado muy ligada a mi identidad digital. Ahora que ha llegado, prematuramente, el momento de dedicarme a supervisar obras, también es tiempo de hacer ese cambio de identidad digital. De ahí que esté borrando toda actividad en redes sociales previa al 9 de diciembre de 2021 y que hoy, 3 de enero de 2022, haga efectivo mi cambio de nombre internetero a @marcdel75.

Entonces, ¿ya no seguiré publicando sobre ciudadanía digital?

Pues no lo sé. Bueno, sí. Pero el contenido que vaya a haber en este blog/web va a ser bastante más heterogéneo. Como digo en la nueva bio de mis redes, «Fotografío y escribo. Explico cómo se vive desde una silla de ruedas y educo sobre ciudadanía digital cuando tengo tiempo libre». Lo (poco) que explicaba desde los perfiles de «Siéntate conmigo» pasará a estar por aquí, y también todo lo que escribía en espacio3.net. Antes no quería que cosas personales interfirieran demasiado en la actividad profesional. Ahora, como decía, ya no tiene sentido separarlas.

¿No será esto una excusa para borrar mi huella digital?

No es el caso. Aunque tampoco voy a negar que me parece un experimento digital interesante que, en mi situación actual, puedo permitirme el lujo de llevar a cabo. ¿Desaparecerá mi nombre de Google, o se vinculará a esta nueva identidad?

Si tuviera que apostar lo haría sin duda ninguna a la segunda opción. Peo bueno… eso es algo que solo podremos descubrir con el tiempo. De momento te dejo por aquí abajo los lugares en los que, tarde o temprano, tendré (o sigo manteniendo) presencia digital.