El lunes es día de macarrones. Me imagino que todo el mundo tiene sus truquillos a la hora de hervir la pasta. En mi caso yo no sé si llamarlos trucos o manías.
Utilizo medio litro de agua por cada 100g de pasta. No añado aceite y la sal la echo cuando comienzan a aparecer las primeras burbujitas. Vierto la pasta cuando el agua arranca a hervir y bajo el fuego al 7.5 (de un máximo de 9). Cuando la escurro paro la cocción de la pasta con agua fría porque después la sigo cocinando con la carne.
Pero nada de esto sería posible sin la magia de esta olla metálica. Es alucinante cómo se calienta el contenedor pero las asas se mantienen frías. Gracias a eso puedo «colgarla» de mis pulgares y volcarla en el escurridor.
Otro detalle que permite que pueda cocinar y mover ollas y sartenes sin miedo es la encimera. Pero de la maravilla de cocina que diseñó @casabointeriorismo ya os hablaré otro día.
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