Instagram (VII)

Poco se habla de las dificultades que tenemos las personas que utilizamos sillas de ruedas (de ahora en adelante USRs) para poder ver una película de cine en condiciones. Y se habla poco porque, quienes sufrimos estas cosas, nos callamos. Nos hemos acabado conformando con tener un sitio reservado aunque sea en el extremo de la fila 1 (cuando no es la fila 0), y así nos va.

Yo me siento afortunado. Desde hace unos años ya no me planteo ir al cine a un lugar que no sea la Casa de Cultura de Laredo. De un aforo de 225 plazas tienen 4 reservadas para USRs y están a media sala. Ni en la marginalidad del fondo de la sala para no ver los subtítulos, ni en primera fila para provocar tortícolis. Para que te hagas una idea, acabo de mirar una sala al azar de Cinesa en Santander. 1 plaza de un aforo de 195.

Que se hagan ramas y pasos de peatones con rebajes aceptables solo sirve para dar paseos si no tenemos lugares a los que ir. Cines y teatros de los que disfrutar, restaurantes en los que poder comer y beber y también descomer y desbeber sin temor a no poder pasar por la puerta del baño, tiendas a las que ir y que eso no suponga hacer malabares para pasar entre la ropa sin mancharla con las ruedas.

La accesibilidad de los lugares es mucho más que poner rampas.

PS: dicen que la gente llora en la última de Spiderman. A mí se me metió algo en el ojo. Dos veces.

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