Los martes suele ser día de arroz blanco con tomate en casa. Este fue uno de los primeros platos que comencé a cocinar totalmente solo, sin ayuda de nadie, y gracias a las indicaciones de Marta (una de mis primeras asistentes domiciliarias). Te explico cómo lo hago por si te interesa.
En una olla con un poco de aceite frío ajo al gusto hasta que se dora. En ese momento lo saco y me lo como (opcional) y a continuación añado el arroz al aceite sin dejar de remover. Pasados un par de minutos añado exactamente el doble de medida de agua que de arroz. Importante: la medida es de volumen, no de peso. Un poquito de sal, remuevo, tapo la olla y bajo la intensidad del fuego a medio (5 en mi vitro de intensidad máxima 9). Al cabo de 20 minutos ya está listo, que es el tiempo aproximado que tarda en consumirse por completo el agua. También es importante no destapar la olla.
Lo más complicado para mí de toda esta preparación es pelar y cortar el ajo. Desde que me hice con esta guillotina mis capacidades (que no aptitudes) culinarias se han multiplicado. No es más que un cuchillo atornillado a una madera, pero oye… menudo invento. Se acabó jugarme los dedos cada vez que tenía que cortar algo.
Con el tiempo iré explicando más cosas sobre cómo me lo monto en la cocina y dando pinceladas de recetas para hacerlo más interesante 😉