(II)
Hace unos meses, a través de un monólogo de Ángel Martín, escuché la frase «Es que nadie estaba preparado para esto». Esta frase me recuerda mucho a una que me ha acompañado durante muchos años (y sigue haciéndolo). Es la siguiente:
«Si a mí me hubiera pasado lo mismo que a ti no hubiera podido soportarlo»
Claro que es jodido que te digan, con 20 años, que no vas a volver a caminar ni a mover las manos (y muchas otras cosas). Pero yo no estaba preparado para eso. Nadie lo está. En ningún momento de mi vida me planteé cómo podría afrontar una situación como la que me ha tocado. Llega, la toreas como puedes y sigues adelante.
Tampoco me hace superior, inferior, mejor, peor, más fuerte o más débil el no haber sentido la necesidad de contar con ayuda psicológica para seguir adelante. Como digo, cada uno encuentra su paz interior y su fortaleza a su manera. Cada cual tiene sus circunstancias.
Eso no quiere decir que en mi cabeza no haya un lío de cables de puta madre (incluso con alguno pelado o desenchufado). Así que, por si en algún momento se produce algún cortocircuito o se intensifican algunas voces, estoy esperando un momento de calma para ponerme con «Por si las voces vuelven». Aunque Ángel me diría, probablemente, que no espere y que me ponga con ello ya si creo que lo necesito.