Engrasa tu silla, afila tu muleta

¿Cómo afronta uno la realidad de empezar una nueva vida? La respuesta que primero me viene a la cabeza es una frase muy catalana (y pelín micromachista): amb pit i collons (literalmente, con pecho y cojones). En mi caso, en lugar de marcarme objetivos a largo plazo lo que hice fue ir escalando logros. La inmediatez, el corto plazo, era el que marcó el camino a seguir. No te Ia ningún sentido plantearme qué iba a hacer con mi vida cuando saliera del hospital si no sabía en qué condiciones iba a llegar a casa.

Hubo una peregrina idea de negocio que rondó por mi cabeza un par de semanas: una especie de acompañamiento al lesionado medular y familiares. Y es que cuando te ves empujado a este mundo todo es nuevo y eres, en ocasiones, carne de estafa o tomadura de pelo. Ortopedias sin escrúpulos, abogados jetas, curanderos ofreciendo soluciones milagrosas… Y, si bien me parecía que era una actividad a explotar, finalmente desestimé la idea por una razón: en mi idea de “volver a la normalidad” no contemplaba que mi vida girara en torno a la discapacidad.

Pero si el momento de mi lesión me hubiera pillado en este mundo de tecnología y redes sociales, sin duda hubiera cogido el camino deAlan El Ruedas. Anoche me leí su libro. Si me preguntas te diré que el libro no me ha gustado del todo (sorry, Alan) aunque también es cierto que no soy el target. Esta más dirigido a gente joven (por el tono que utiliza y QRs a TikTok) y personas que tengan curiosidad por saber cómo se convive con una tetraplejia.

Hace ocho años tenía que haberme liado la manta a la cabeza y, parafraseando a Serrat, sacar un libro titulado “Fa 20 anys que tinc 20 anys” explicando mis experiencias después de un rodaje de 20 años. Ahora ya es tarde… para ese título.

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