Me he despertado con muchas ganas de comer sopa de cebolla. ¿La razón? No lo sé. No tengo la más mínima idea. De hecho, ni recuerdo cuándo fue la última vez que la comí ya que es algo que nunca hemos hecho en casa. Así que a mediodía he buscado en YouTube dos recetas de dos cocineros diferentes y me he atrevido a hacer una mezcla de ambas, a lo loco. Sin medir volúmenes ni peso. Sí. Has leído bien. A ojímetro (esto va por toda la gente que me conoce y sabe que soy incapaz de cocinar sin báscula ni vaso medidor).
3 cebollas cortadas en juliana
chorrazo de aceite de oliva
sal, pimienta blanca y tomillo
y una horita a fuego flojo con la olla tapada sin mover ná de ná
El encierro que vivimos a principios de 2020 ha hecho que muchos de nosotros nos atrevamos a experimentar en la cocina y a creernos que sabemos cocinar por seguir las instrucciones de alguien que sube vídeos a redes sociales. En mi caso no llevaba todavía un año viviendo en mi casa con una cocina expresamente diseñada por y para mí. ¿Qué mas quieres?
Subo el fuego
Añade mantequilla. ¿Cuánta? No me acuerdo
1 cucharada de harina
1 copa de vino
Una vez mezclado e integrado añade agua y a hervir una hora más
A los 45 años descubrí que me flipa cocinar tanto para mí como para más gente. Me gusta experimentar y probar cosas nuevas y extrañas (como el cous cous de postre de Gipsy Chef o un bacalao con sobrasada y miel del cocinero franciscano). Es divertido y muy gratificante, sobretdo cuando salen bien las cosas.
2 rebanadas de pan con queso rallado a la freidora de aire
Añadir pimienta
Trocearla y para adentro de tu plato de sopa
¡Buen provecho!