Carta a Eluana

Me ha costado, pero lo encontré. Se han escrito millones de píxels explicando que llevabas en coma 17 años, que tu padre llevaba tiempo intentando que te dejaran morir porque tú así lo habías expresado, que tu presidente Berlusconi impulsó un decreto urgente para intentar mantenerte con vida, que se aprobó por unanimidad supuestamente bajo amenazas y que el presidente de tu República se negó a firmarlo para ratificarlo, que te llevaron a un hospital del norte de Italia donde te retiraron la alimentación que te mantenía con vida, que Il Cavaglieri reunió al Parlamento este fin de semana y redactaron un proyecto de ley para obligar a que te volvieran a entubar, … y que parece que te olías que se iba a aprobar en un tiempo récord porque decidiste morir antes de lo previsto. Como te decía, he tenido que buscar un poco para encontrar que tenías 38 años. Es curioso … no has podido ser protagonista el día de tu muerte.

No sé si tu padre te ha mantenido informada de todo esto, o ahora te has enterado dónde quiera que estés, pero por si acaso quería decirte que en el mundo terrenal, y empleando una frase de que se ha puesto de moda en España, «la habéis liao parda» (no te preocupes. Te explico otro día de qué va). De todas maneras, y para tu tranquilidad, este revuelo no durará mucho. Se discutirán y alzarán la voz los partidarios y detractores de tu padre durante … ¿un par de meses quizá? Eso siendo generoso, claro. Pero como estas cosas no dan ni quitan votos, el tema de la eutanasia quedará de nuevo en el olvido como pasó aquí cuando lo puso de moda Ramón Sampedro. Porque eso es lo que acaba siendo, un tema de moda, recurrente para desviar la atención.

Berlusconi ha dicho que has sido asesinada; que lo tuyo no fue una muerte natural. Muerte natural … Me hace mucha gracia esa contrucción, sobretodo en este caso cuando tu vida ha sido mantenida artificialmente durante casi la mitad de tu existencia. Y por lo visto no quieren dejarte en paz todavía porque como no esperaban que murieras tan pronto (pronto … después de 17 años en coma) querrán averiguar si te administraron algo, o vete a saber.

No sé … Nunca me atrevería a criticar la decisión de tu padre. Espero serlo algún día, pero sin tener aún un hijo ya me imagino que, si ya debe ser muy duro perder a uno, más lo será decidir que debe morir. Aunque en este caso también podríamos decir que tu padre quiso que no siguieras sufriendo, o lo que sea que sintieras estando tanto tiempo en coma.

Por lo visto tú lo querías así; no estabas dispuesta a soportar que unas máquinas te mantuvieran artificialmente. Y mucha gente critica eso alegando que debe defenderse el derecho a la vida por encima de todo. Yo no tengo nada en contra de ellos, ¿eh? Al contrario. Pero lo que no tengo claro es que ellos sepan, o se hayan planteado, que es vivir. ¿Es únicamente ser? ¿Existir? Porque las piedras existen, pero no nos atrevemos a decir que estén vivas.

Yo me alegro por ti. Porque al final se haya cumplido tu deseo y que ahora, seas lo que seas y estés donde estés, seas feliz. De todo esto yo solo saco en claro una cosa que creo que debería respetarse y puede que incluso estar presente en la Declaración de los Derechos Humanos (ya, ya … no te rías. Ya sé que tampoco eso sirve para nada). La cuestión es que si ninguno de nosotros hemos decidido el venir a este mundo ni en qué condiciones, ¿por qué no se nos da en todo momento el derecho a poder irnos cómo y cuando queramos? ¿No se debería respetar esta decisión individual?

Un beso, Eluana. Y otro también para tu padre.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *